El impacto de las palabras

“Creo que estamos al borde de tantos descubrimientos maravillosos sobre cómo aprendemos. Comprender lo que sucede en el cerebro nos está haciendo mejores líderes, maestros, padres y empleados. No tenemos límites para lo que podemos lograr con nuestros maravillosos cerebros: las mejores máquinas de supervivencia jamás construidas”

Margie Meacham

LAS PALABRAS QUE ELIGES USAR PUEDEN CAMBIAR LITERALMENTE TU CEREBRO.

Una de los principales descubrimientos es que, a través de la neuroplasticidad, una sola palabra tiene el poder de influir en los genes que regulan el estrés físico y emocional.

El impacto que producen las palabras y las emociones en las personas ha sido uno de mis objetos de estudio cuando decidí ahondar en la escritura emocional, es por eso que comencé a estudiar este tema desde la neurociencia ya que tiene mucho para decirnos al respecto.

Cuando utilizamos palabras positivas como ternura, maravilloso, amor, amanecer, paz, estamos alterando el funcionamiento de nuestro cerebro, poniendo en marcha centro motivacionales que nos impulsan a la acción. En cambio, al utilizar palabras negativas como tristeza, enfermedad, malestar, enojo impulsamos que se liberen mayores niveles de cortisol contribuyendo a generar situaciones de mayor estrés. El estrés es un estado emocional que genera tensión física.

Esta sería una explicación ampliamente resumida de lo que sucede en nuestro cerebro al utilizar palabras positivas o negativas, porque lo que me interesa aquí es transmitirles que realmente las palabras que elegimos para nuestra narrativa interna influyen en nuestro desarrollo personal, en nuestras creencias y en nuestras relaciones con el mundo exterior, no sólo desde un supuesto imaginario de expresiones positivas o negativas, sino desde el funcionamiento de nuestro sistema nervioso encargado de modificarnos física y emocionalmente.

Cuando permitimos que palabras y conceptos negativos entren en nuestros pensamientos, estamos aumentando la actividad en el centro del miedo de nuestro cerebro y provocando que las hormonas que producen estrés inunden nuestro sistema, en cambio al mantener una mente optimista con palabras positivas, estamos estimulando la actividad en el lóbulo frontal, donde tenemos el centro del lenguaje que conectan directamente con la motricidad de nuestro cuerpo y por ende con la acción. Se ha demostrado que, al estar más tiempo conectado con palabras positivas, más áreas del cerebro se sienten afectadas y por ende la persona va a experimentar un mayor bienestar.

«Utilizar las palabras “correctas” puede literalmente cambiar tu realidad»

Yo lo habia comprobado en cambios de mis alumnos y alumnas en el taller de Escritura emocional, pero con el apoyo de la neurociencia, todos los conceptos cierran claro.

Una de los cambios más notorios que noté en mis clases fue que, al dar consignas para cambiar la percepción de sí mismos, hacia una más positiva, fueron paulatinamente teniendo una visión más positiva de su entorno y de las personas que los rodean. Pudieron darles posibilidades desde otra mirada.

Los neurocientificos afirman que el cambio de percepción de uno mismo se produce desde la estructura del tálamo, quien también cambiará en respuesta a las palabras, pensamientos y sentimientos conscientes con lo que se percibe la realidad.

Entonces, las palabras cambian nuestra realidad porque son capaces de modificar estructuras cerebrales, por lo tanto actitudes y percepciones. Por eso “cuidado” con las palabras que elegimos para repetir con más frecuencia, cuidado con las etiquetas que solemos ponerle a las personas, cuidado con los adjetivos negativos que nos repetimos a nosotros mismos porque estamos modificando muestras vidas.

EJERCICIOS PARA APLICAR

Me gusta dejarles ejercicios en algunos de mis artículos porque es un modo de ayudarlos a mejorar su calidad de vida. Espero de corazón, que los realicen, recuerden que siempre deben escribir a mano, para que el comportamiento transforme las estructuras del cerebro.

Piensen y escriban:

• ¿En qué palabras eligen enfocar la energía?
• ¿Cuáles palabras utilizan para definirse?
• ¿Están pendientes de la realidad negativa más que de observar esa realidad positiva que también nos rodea?

Respondan honestamente y reflexionen. Si hubieran muchas palabras negativas, deben comenzar a corregir el trato y el diálogo interno con el que suelen comunicarse más habitualmente.

Si la vida que llevan no es la que les gustaría, intenten llevar un registro de la frecuencia con la que usan palabras y pensamientos negativos. Es posible que se sorprendan al descubrir cuán simple es realmente la solución para una vida mejor: cambie sus palabras, cambie su vida.