¿Es posible alcanzar la felicidad?

La felicidad como meta

Muchas veces en mis talleres surge la pregunta: ¿Es posible alcanzar la felicidad?

La variedad de respuestas es tan grande como personas que se formulan esta idea.

El primer obstáculo en esta pregunta es que siempre estamos persiguiendo la felicidad. La misma pregunta lo dice: “alcanzar la felicidad”. ¿por qué insistimos en “perseguir” algo que puede habitar dentro de nosotros mismos?

Ponemos la felicidad como la meta de lo que queremos alcanzar, pero cuando la alcanzamos nos damos cuenta que no era lo que realmente nos hacía felices, entonces nos frustramos y nuevamente nos encaminamos para ir en su búsqueda. ¿Alguna vez has tenido pensamientos como: “Seré feliz cuando obtenga el ascenso”, “Una vez que compremos esa casa, seremos felices” o “Seré feliz cuando termine los estudios” ?

Trabajamos muchas horas para ganar dinero, para comprar cosas que esperamos nos hagan felices, pero esa alegría es tan fugaz que, cuando lo logramos, nuestra felicidad se desvanece y no llegamos a sentirnos plenamente satisfechos, por lo que comenzamos a perseguir otra meta para recuperar el sentimiento, para sentir la emoción.

Por este motivo es que, para mí, la felicidad no está en “alcanzarla” como un objetivo externo.

Entonces me preguntarás: ¿Dónde está la felicidad?

La felicidad como estado anímico

¿Qué puede ocurrir si dejamos de perseguir la felicidad?

Si dejáramos de retrasar la felicidad hasta que hayamos comprado un auto nuevo, una casa o nos hayamos ido de vacaciones, nada nos pasaría porque estos objetivos son motivaciones para alcanzar metas que nos ponemos en la vida, pero no terminan llevándonos al tan buscado estado de felicidad plena.

Podemos compartir momentos breves de alegría cuando logramos llegar a un objetivo, pero estar alegres no tiene nada que ver con sentirnos felices. La alegría, la sonrisa, la risa, el placer, son diferentes intensidades de la Felicidad. Muchas personas pretenden sostener esos estados de euforia a lo largo de la vida y como no logran hacerlo, se sienten infelices, mirando a otros su alrededor que consiguen lo que ellos no. Al menos es lo que creen.

La Felicidad está unida directamente con la paz mental. La Felicidad no es la eterna sonrisa dibujada en la boca. La Felicidad es un estado interno de aceptación plena con nosotros mismos. Somos felices cuando nada de nosotros nos molesta, cuando identificamos y valoramos las situaciones que logramos atravesar: intensas, dolorosas, solitarias; cuando miramos a nuestro interior y somos conscientes de las veces en que resurgimos de entre las cenizas, como el Fénix, y nos sentimos orgullosos de ello; cuando apreciamos nuestro esfuerzo; cuando aprendemos a amarnos más que a nadie en el mundo; cuando identificamos el placer que nos brinda el silencio, la tranquilidad, la paz en el día a día; cuando sentimos que nada nos falta para sentirnos completos.

La Felicidad es un estado interno al que se llega tras un largo camino de aprendizaje.

Podemos haber padecido la vida más dolorosa y complicada, pero el tener la sabiduría para obtener la lección de cada una de esas experiencias nos eleva a ese estado dichoso de gratitud con la vida, nos sitúa en ese lugar del camino donde ya no estamos pendientes de la mirada inquisidora de nuestro entorno o del auto que puedo o no comprar, simplemente vivimos al máximo el momento porque conocemos la fragilidad de esa plenitud, entonces disfrutamos con alegría de la lluvia, del canto de los pájaros, de la mirada de un niño, de la sonrisa de una anciana, de la música que nos ofrece el mundo cada día, en cada nuevo despertar.

La Felicidad no es inalcanzable, la Felicidad es entender que todas nuestras acciones y respuestas aprendidas en el camino de la vida conforman un estado interno tan apacible como un mar en calma y tan valiente como para enfrentar la tormenta más brava sabiendo que la estructura del barco puede soportar el brusco golpe de las olas sin dañar el casco.

6 respuestas a “¿Es posible alcanzar la felicidad?

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