Prisión invisible

Reflexión

“La mejor manera que un prisionero no escape, es asegurarse

que nunca sepa que está en prisión”

Dostoievski

La frase pertenece al libro “El idiota”, del escritor ruso Fiódor M. Dostoievski, publicada en 1868, y relata la vida del príncipe Mishkin. Más allá de la historia que origina la frase en una sociedad perversa y desdeñosa, es una reflexión que me hizo pensar en la actualidad y quise venir a reflexionar con ustedes. Me encantará leerlos en comentarios.

En otros tiempos el esclavo era consciente de sus cadenas y luchaba para liberarse. Tenía sueños por alcanzar y, a pesar de las hostilidades, su mente no descansaba. Así logró romper cadenas, ser escuchado, cambiar leyes y obtener su ansiada libertad.

Hoy vivimos una realidad que nos esclaviza imperceptible, dejando expuesta en la superficie la escasa ambición del ser humano por mejorar el sentido de la libertad.

Nos adormecimos en ese sueño y lo perdimos. Fuimos sutilmente encarcelados en pequeñas pantallas y no nos dimos cuenta.

Hacer notar que el grosor de los barrotes crece directamente proporcional al tiempo que se pierde dedicado al vacío, ofende en muchos casos. Horas perdidas en memes, juegos, vidas ajenas, peleando por el primer puesto en likes, y la cantidad de ridiculeces que hacen, hasta poner sus vidas en riesgo por tener un lugar en el podio de la estupidez.

Estamos presos dentro de una caja de cristal y creemos que podemos volar.

Era más válido ser esclavo con cadenas porque éramos conscientes del peso que éstas tenían.

Y ¡OJO! Que no estoy diciendo que No al entretenimiento, pero todo tiene una justa medida para que los sueños se puedan alcanzar. Y los sueños se alcanzan cuando somos libres.

Muchas veces al día escucho personas quejándose porque no pueden hacer tal o cual cosa porque el tiempo no les alcanza y cuando les pregunto cuántas horas pierden en redes sociales, se ríen y admiten que no tiene nada que ver. No tendría que ver si fuera una hora o dos al día. Pero pasan casi todo el tiempo allí, intercambiando sus sueños por contenido que no les aporta más que esclavitud.

La libertad la otorga el conocimiento y el conocimiento debe ser consciente. Podemos utilizar esas pantallas dosificando el tiempo que le dedicamos.

Somos prisioneros sin saberlo. Y estamos conformes de serlo porque lo negamos en la no aceptación de lo que ello significa.

La persona despierta, la que divaga en la duda se pregunta si debe satisfacer el ocio o luchar por satisfacer sus necesidades.

Para satisfacer el ocio, basta con dejarse llevar en la condición de prisionero: la vida pasa afuera. Sin embargo, satisfacer las necesidades implica enfrentarse a una posible frustración, ubicarnos en una zona incómoda, esforzarnos y trabajar por conseguirlo. Tomar acción para llegar a tocar con las manos nuestros propios sueños.

La libertad se palpa cuando tomamos decisiones que nos llevan un paso más adelante, cuando al terminar el día sentimos que lo aprovechamos al máximo y no que pasaron las horas y no hicimos nada. La libertar se adquiere cuando nos liberamos de las cadenas de la ignorancia.

Si nos detenemos a ver con los ojos bien abiertos, nos daremos cuenta que somos prisioneros de más cosas y apenas nos percatamos de ello.

6 respuestas a “Prisión invisible

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  1. Reblogueó esto en Esas pequeñas cosasy comentado:
    Sublime:
    «Nos adormecimos en ese sueño y lo perdimos. Fuimos sutilmente encarcelados en pequeñas pantallas y no nos dimos cuenta.

    Hacer notar que el grosor de los barrotes crece directamente proporcional al tiempo que se pierde dedicado al vacío, ofende en muchos casos. Horas perdidas en memes, juegos, vidas ajenas, peleando por el primer puesto en likes, y la cantidad de ridiculeces que hacen, hasta poner sus vidas en riesgo por tener un lugar en el podio de la estupidez.»

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