LENGUAJE NEGATIVO VERSUS LENGUAJE POSITIVO

El vocabulario que utilizamos es tan importante que su uso reiterativo afecta las dinámicas del inconsciente.

Si elegimos centrarnos en lenguaje negativo estamos creando circuitos neuronales de fácil acceso a comportamientos de insatisfacción y queja permanentes. Es decir, nos volvemos seres humanos renegones, amargos y muy probablemente enfermizos, porque, aunque no nos demos cuenta, las palabras afectan nuestro estado de ánimo ya que cada una de ellas es mencionada acompañada de una emoción. Y las palabras negativas suelen venir acompañadas de enojo, miedos, dudas e inseguridades y todas estas emociones adicionan cortisol a nuestro cuerpo lo cual genera estrés y ansiedades.

En cambio, cuando nos centramos en palabras y frases positivas, nuestro estado de ánimo se vuelve mucho más vital, propenso a sonreír, a ilusionarnos, a proyectar hacia adelante con energías que fluyen con nuestro entorno de manera positiva. Facilitamos el acceso a la sonrisa, a la amabilidad y a la escucha atenta. En este caso estamos secretando más dopamina a nuestro cuerpo que es el neurotransmisor que nos llena de euforia y excitación o podemos estar en un estado de paz y relajación al comunicarnos de manera positiva y asertiva con nuestro entorno lo que hará que nuestro cerebro nos proporcione más serotonina lo cual nos hará sentir en un equilibrio perfecto, en armonía con todo lo que nos rodea.

Hablar no solo se trata de liberar palabras al viento. Tenemos que tomar consciencia de cada una de las palabras que elegimos para repetir porque son el alimento que elegimos para nuestro cerebro y nuestro cuerpo.

Les quiero dejar aquí algunas expresiones que son de uso diario y que forman parte de ese lenguaje negativo que insistimos en mantener activo con su correspondiente reemplazo para que puedas comenzar a eliminar aquello que realmente daña tu salud física y mental.

ACLARO antes de seguir que, Todo esto no lo digo yo porque tengo ganas de llenar unos cuantos renglones. Está comprobado ya por la Neurociencia. Numerosos científicos, entre ellos la maravillosa Nazareth Castellanos, han comprobado las implicancias del lenguaje en nuestra salud e incluso han podido detectar recientemente, que todos estamos conectados. Al igual que en la película de Avatar, nos guste o no, lo creamos o no, hay una conexión entre todos los seres vivos que va más allá de nuestro propio entendimiento. Por eso es hora de iniciar cambios en nuestro comportamiento para que entre todos hagamos un mundo mejor.

FRASES Y PALABRAS QUE DEBEMOS DEJAR DE REPETIR

1) “POCO A POCO”

Cuando una persona o un grupo dentro de una empresa comienzan con un proyecto nuevo, es muy común escuchar decir estas palabras:

“Vamos a avanzar poco a poco”

“Lo haremos poco a poco”

La palabra “poco” significa escaso, insuficiente y hasta nos lleva a visualizar espacios vacíos. Estamos proyectando carencia en algo que recién comienza. Desde la palabra le restamos la esperanza de ser más grande, de crecer.

Ahora qué pasa si reemplazamos esta sentencia negativa por:

“Vamos a avanzar paso a paso”

«Lo haremos paso a paso» 

La segunda expresión es más edificante, construye un cuadro mental de más fuerza. Es una expresión que me permite seguir planificando para crecer.

2) “SI DIOS QUIERE”

Utilizar la expresión Si Dios quiere, deja liberada la inseguridad, el miedo y la duda de conseguir lo que previamente expresamos con intención de deseo.

“Voy a conseguir esa casa, Si Dios quiere”

“Me van a dar el trabajo, si Dios quiere”

“Si Dios quiere, todo va a estar bien”

¿Pueden observar las emociones de duda, inseguridad e incluso miedo detrás de estas expresiones? Al decir Si Dios quiere, estamos poniendo en duda la realización de nuestro deseo, estamos proyectando sombra sobre algo que debería brillar por sí mismo.

Si necesitan incluir a Dios en la expresión de deseo, la forma correcta de construir esta frase para que las emociones que acompañen logren que nuestro deseo sea real es:

“Voy a tener mi casa, porque así lo quiere Dios”

“Me van a dar el trabajo, porque así lo quiere Dios”

“Dios quiere que todo vaya bien”

Afirmar, con la seguridad en las palabras que utilizamos es lo que nos dará firmeza en la expresión de lo que queremos lograr. Nos da el convencimiento de que realmente lo lograremos.

Cuando pidas algo a Dios, al Universo, a quien sea en quien tu creas, si lo haces desde el miedo, implorando, suplicando, sufriendo, ese deseo difícilmente llegue porque lo estás pidiendo desde el lenguaje de la carencia, lleno de urgentes e inseguridades, porque detrás de cada súplica, hay un sentimiento oculto de imposibilidad. Fuimos educados desde niños desde el ruego, la súplica, desde el “yo soy un ser insignificante”, sin valor que necesito arrodillarme, sufrir, para implorar algo que en realidad nunca conseguimos.

El lenguaje construye la realidad que hoy tenemos y si sienten que esto no es así, miren a su alrededor y comprueben por ustedes mismos. El lenguaje de carencia, de queja permanente solo nos acerca más de lo mismo. Intenten cambiar la forma de expresarlo, con la emoción y el sentimiento de seguridad y valía y van a comprobar la diferencia.

3) “NECESITO”

Es otra expresión que se usa con mucha frecuencia y significa, exactamente, carencia.

“Necesito un trabajo”

“Necesito dinero”

“Necesito mejorar”

Todas estas son expresiones reactivas, desde el lugar de víctima de tu realidad. Cada vez que uno expresa la palabra Necesito frente a una persona, observen que su reacción no es muy amable, ya que todos tenemos problemas y la palabra necesito expone a la persona de una carencia e imposibilidad que genera dudas en el cumplimiento del pedido que se genera detrás de la palabra Necesito.

Cambiar este vocablo por “quiero” y “elijo” colocan a la persona en una posición activa, de voluntad y en movimiento de alcanzar lo que sí quiere lograr.

“Quiero trabajar”

“Quiero dinero”

“Quiero mejorar”

“Elijo cambiar”

4) “VOY A TRATAR«

¿Cuántas veces por día dicen “voy a tratar”? Sucede que tratar no funciona, porque pone en el terreno de tu duda interna la posibilidad de lograr lo que sea.

Tratar es intentar. Aunque “intentar no significa hacerlo”.

“El mundo está lleno de ‘tratadistas’ , dijo alguien, y lo que se necesita es gente que haga, que actúe, que lleve a la acción lo que dice.

Cambiar la expresión por una más palpable como “¡Lo haré!” te llevará a realizar las cosas con antelación, porque cada vez que decís “voy a tratar”, acostumbrás a tu mente a “intentar, a “negociar” para que “algún día”, “tal vez”, “quizás”, si los planetas quedan alineados, lo logres. Por ende, NUNCA pasará.

Entonces, no negocies con tu mente: generá una orden clara y significativa para que el subconsciente respete tu decisión.

5) “EN LA LUCHA«

Es común cuando te encuentras con alguien en la calle o en el trabajo que al preguntarle cómo está, te responda: “En la lucha» , “Bien… ¿O te cuento?«

Estas frases están creando, a nivel inconsciente, la idea de luchar contra la vida, lo cual genera que cada día se convierta en una batalla por librar. 

Cada uno de nosotros crea su propia realidad con el vocabulario elegido. Para cambiar esta construcción restrictiva, hay que utilizar expresiones como “Muy bien , “Excelente , “Avanzando cada día» .

Aunque nuestro día sea complicado, expresar en voz alta la disconformidad por la cual estamos atravesando, solo hará que con el paso de las horas nada mejore.

Obviamente que podemos hablar con una amiga, con un amigo o con alguien a quien tengamos la confianza de contar nuestros problemas. La corrección de la que hablo aquí, es la respuesta que solemos emitir en «modo automático», para seguir trasladando la idea de que nuestra vida es un caos. Cuanto más lugar le demos a lo negativo, más negativos nos volvemos.

No tiene nada de malo conversar puntualmente de nuestros problemas siempre y cuando esa conversación traiga la solución.

Quejarnos por quejarnos sin resolución, recuerden que sólo envenena a quien emite la queja.

La expresión «me hago mala sangre» tiene que ver con este envenenamiento que nos hacemos en nuestra salud, por centrarnos en bucles problematicos, repetitivos, sin resolucion. El papel de la víctima permanente no tiene que proyectarse en el tiempo, no tiene que encarnarse, porque no resuelve absolutamente nada y aleja a las personas que tienen las mejores energías para ayudarnos a crecer.

Hay muchas expresiones más para cambiar. Espero que comiencen con estas que son las mas comunes.

Les dejo un video donde van a encontrar algunas más.

Que tengan una linda semana.

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