Parque de diversiones

Relato de terror

Todos los cuerpos estaban en diversión,

creo que se escuchaban las carcajadas hasta el infinito,

si es que existe en algún lugar.

Mis ojos miraban las sonrisas luminosas de aquella tarde en que el sol

derretía los juegos de aquel parque de diversiones.

De pronto un estruendo infernal.

Algo se queda estancado en el aire y en el centro del pecho.

Huele a tragedia.

Contengo mi respiración y el corazón comenzaba la carrera.

Un impacto seco y mis ojos buscaban desesperados,

se estremeció la piel y pude verlo.

Esos juegos que tenían que hacerlos reír

cobraron vida para adueñarse de sus vidas. el

Alguien no arregló los pistones, no ajustó un tornillo. Algo.

Veo como caen los cuerpos y escucho

el quiebre de sus huesos muy adentro.

Algunos niños alcanzan mis ojos desconcertados

Yo les devuelvo espanto. Inacción.

Piden ayuda con las miradas tétricas del último intento.

Siento el chillido de los hierros doblándose en el suelo.

Más gritos.

Más llantos y desesperación hasta que llega el silencio.

Siempre hay silencio después de una tragedia.

Siempre hay gritos después del silencio.

Pagaron un boleto para reír y ganaron un lugar en el cajón.

Horror.

Dolor.

Muerte.

Pasaron muchos años, pero los años me lo siguen recordando.

Me pesa el pecho todavía y me atraviesa el cerebro la intrépida pregunta.

Creo que las tragedias dejan eso.

No conocen el olvido.

.

Derechos reservados, copyright 2019.

4 respuestas a “Parque de diversiones

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