¿Estás presente en tu presente?

¿Te has dado cuenta que el momento más importante de tu vida es este preciso instante?

Este, el único que tienes entre tus manos. Este segundo en que estás leyendo estas líneas es tu presente y es lo único que puedes modificar si quieres conseguir tu sueño.

Así es. Tú eliges si quieres seguir leyendo o si cambias de pantalla o vas a caminar, o haces esa llamada que tanto deseas o cierras la computadora y vas por ese viaje tan soñado que vienes postergando. Este instante es lo único que tienes sin embargo la mayoría de las personas piensan que su momento más importante en la vida ya pasó. Piensan que fue cuando se recibieron, cuando se casaron, cuando nacieron sus hijos. Hay quienes viven obsesionados por su futuro y piensan que el momento más importante de sus vidas aún no ha llegado. Piensan que va a ser cuando hagan tal cosa, cuando logren tal otra o cuando tengan esto o aquello.

Podrías pensar entonces que el momento más importante es hoy y la respuesta sería tampoco, porque el momento más importante de tu vida es este instante, este preciso momento en que estas aquí, este momento que palpas y respiras, este momento en que eres consciente del aquí y el ahora.

Un día tiene más de 80.000 momentos. Para ser exactos un día tiene 86.400 segundos, cada segundo es tu presente y las decisiones las tomamos en presente. Puedes haber tomado decisiones ayer, antes de ayer, hace una semana, puedes haber tomado decisiones con las cuales no estás conforme y quieres cambiarlas, pero esas decisiones ya no las puedes cambiar porque forman parte de tu pasado, pero puedes tomar hoy otras decisiones que modifiquen tus siguientes pasos.

Si, este es el momento más importante de tu vida y si eres consciente de eso, conformas el 1% de la población del mundo, porque desafortunadamente el 99% no está presente en el presente. No es consciente de lo que un instante, un segundo puede cambiar en sus vidas si lo toman con responsabilidad y consciencia. Allá afuera hay muchísimas personas que están en automático. Caminan como auténticos zombies, van mirando su teléfono móvil sin apreciar un atardecer, la risa de un amigo, sin disfrutar del paisaje, o están en sus casas frente a sus tablets, o frente a la computadora, o la televisión, perdiéndose de lo único y más importante de la vida: el instante presente.

No digo que dejemos la tecnología en un mundo cada vez más robotizado, solo digo que no perdamos el presente, darnos cuenta que es lo único que tenemos, que la vida se pierde en un segundo, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, y en un abrir y cerrar de ojos se van las oportunidades.

Ser conscientes que las decisiones conforman nuestro camino hacia la felicidad, o hacia la infelicidad y que esas decisiones solo las podemos ver si habitamos conscientes de lo que somos en este mundo: instantes.

Intervalos donde vivimos pensando que mañana será otro día para cambiar algo, desafiando a las leyes universales que pueden, de un segundo a otro, cambiar para siempre nuestras vidas.

Nada de lo que pasó se puede cambiar, pero podemos comenzar a valorar el instante como el único hacedor y compañero de nuestros planes, de nuestras decisiones.