Caricias que hablan

Emociones y lenguaje corporal

Existen diferentes tipos de lenguajes. Oral, escrito, el de símbolos, señas y el corporal. Algunos pueden ser engañosos porque una persona puede decir una cosa y pensar completamente distinto, o engañar conscientemente a su interlocutor utilizando las mentiras. Sin embargo, es muy difícil engañar a alguien con el lenguaje corporal, ya que gran parte de su proceder sucede de forma inconsciente. Los gestos, la expresión facial, la mirada y la postura general que adopta el cuerpo en determinadas ocasiones revelan de forma clara lo que una persona está sintiendo. Solo es necesario saber interpretarlas.

Interpretar el lenguaje corporal tiene una ventaja significativa en la comunicación con otras personas ya que se puede crear con mayor facilidad una atmósfera de conversación y de confianza placenteras.

Uno de los modos más simples para interpretar este lenguaje es prestar atención a las caricias ya que estas transmiten comprensión, apoyo y satisfacción. Las caricias y el modo en que una persona acaricia a otra transmite mucha información, no es lo mismo acariciar el rostro que acariciar los labios, acariciar la espalda o acariciar las manos.

El tacto dice mucho más que las palabras y llegan tan profundo en nuestro ser como la música.

Qué nos dicen las caricias

Las caricias en el rostro son de los gestos más dulces y amorosos que podemos recibir. Los toques suaves en las mejillas nos transmiten tranquilidad y confianza. Hay una sensación de apego hacia esa persona, de protección. Es un gesto que indica que la persona está a nuestro lado, incondicional.

SI las caricias se centran en los labios indican el interés por un acercamiento aun mayor, un pedir permiso en silencio, una aproximación más amorosa y sensual.

En cambio, las caricias en la frente nos dejan ver que la persona tiene confianza en nosotros. Más aun cuando el roce se produce frente con frente, una caricia frecuente entre madres o padres con sus hijos. Esta se relaciona con el amor profundo, el orgullo y la confianza depositada entre ambos. La frente tiene que ver con la exteriorización de la conciencia, por lo tanto, este es uno de los tipos de caricias más afectivos que hay y carece de connotación sexual. Es inocente.

Las caricias en el cabello nos dan sensación de ternura, se acercamiento simpático y amoroso. Cuando esta caricia viene dada desde una persona con la cual sentimos atracción, nos está demostrando que le agrada nuestra compañía.

A veces las caricias se centran a modo de masajes en el cuero cabelludo, la persona que nos acaricia relaja las terminaciones nerviosas que existen en la corteza con suaves movimientos de las yemas de sus dedos, pretendiendo nuestro relax, que nos sintamos cómodos. Son caricias placenteras, sutiles, agradables que nos transmiten paz.

Si las caricias se detienen en el cuello es porque entre ambas personas existe una total comodidad, indica intimidad, confianza absoluta. Puede ir acompañada de suaves roces en las orejas y, dependiendo del grado de privacidad del momento, estas caricias suelen ser el preludio de una intimidad mayor. Es uno de los tipos de caricias más seductores e irresistibles que existe.

Cuando las manos se posan en la espalda el significado va a depender del tipo de relación que exista entre las personas. Si son íntimos, debemos saber que la espalda es una de las zonas erógenas más sensible que tenemos, acariciar la espalda es sinónimo de una fuerte atracción. Si las caricias son apenas perceptibles y se hacen con las yemas de los dedos, la persona está buscando una estimulación mayor para lograr intimidad.

En cambio, si la relación es de amigos, familiares o compañeros de trabajo, las caricias en la espalda suelen combinarse con masajes relajantes que forman un circulo, lo cual indica fortaleza, confianza. La persona quiere trasladar sensaciones de calma porque se preocupa por nosotros. También suelen ser pequeñas palmadas de aliento cuando estamos atravesando un mal momento.

Los toques o caricias cortos en los hombros se dan cuando la persona necesita consuelo, son más parecidas a palmadas que indican que se puede contar con ellos, que tendremos alguien de ese lado dispuesto a escucharnos y a apoyarnos.

Acariciar las manos también es una señal de afecto que depende del grado de confianza o cercanía que tengan las personas. Si nos acaricia un familiar, abrazando las manos entre sus palmas, indica una señal de amor verdadero dispuesto a escucharnos y darnos todo el apoyo necesario para atravesar una situación. Si las caricias las otorga la pareja, nos está pidiendo atención, nos dice que está ahí solo para nosotros. Es una muestra real de afecto.

Cuando alguien nos acaricia la mano por primera vez, o la roza tímidamente, está buscando acercarse a nosotros. Nos dice, en su lenguaje corporal, que se siente bien y desea conocernos un poco más.

Hay muchos tipos más de caricias que nos hablan de las emociones de la otra persona hacia nosotros. Un lenguaje corporal que busca siempre una respuesta de aceptación o rechazo, donde solo hablan el silencio y las emociones con un juego de miradas intervinientes que logran darnos señales precisas del tan buscado contacto con el otro.

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