Beneficios de educar desarrollando la Inteligencia Emocional

¿De qué hablamos cuando hablamos de inteligencia emocional?

El psicólogo Edward Thorndike fue el precursor en el concepto de Inteligencia Social en 1920, definió este concepto como “la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”.

En 1990 aparece el término inteligencia emocional en la literatura psicológica de la mano de los psicólogos americanos Peter Salovey y John Mayer. Sin embargo, fue con la publicación del libro «La Inteligencia Emocional» (1995) de Daniel Goleman cuando el concepto tomó fuerza y se difundió rápidamente.

¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?

Daniel Goleman nos enseña en su libro que las emociones están diseñadas para guiarnos no para dañarnos. La mala gestión de ellas provoca que tengamos reacciones que desequilibran nuestra vida, por eso es de suma importancia desarrollar habilidades que nos ayuden a identificarlas y gestionarlas. El desarrollo de esas habilidades y la buena gestión de las emociones es lo que conocemos como inteligencia emocional.

A diferencia de lo que muchos creen, la inteligencia emocional tiene que ver con las habilidades personales, no es un aprendizaje académico. Se centra en cómo te manejas a ti mismo y tus relaciones con los demás.

Hay 4 partes importantes que se pueden destacar:

1) La conciencia con uno mismo: es decir saber lo que sientes y por qué lo sientes determina las consecuencias de tus actos. Dicho de otro modo, es lo que puedes hacer bien o mal.

2) Gestionarse a uno mismo: ser capaz de cumplir con las metas, ser positivo ante los contratiempos, controlar las emociones perturbadoras, incómodas, para que no destrocen tu vida o te impidan hacer lo que quieres hacer.

3) La empatía: entender cómo se sienten los demás, las personas no lo dicen todo con palabras, también utilizan el tono de voz, el lenguaje corporal. Ser capaz de entender el punto de vista del otro para interpretar qué le pasa a esa persona.

4)Manejar bien las relaciones: colaborar en equipo, resolver conflictos, influenciar positivamente, persuadir, comunicar, escuchar.

Todo esto forma el conjunto de lo que conocemos como inteligencia emocional.

CADA EMOCION TIENE SU LUGAR

Es importante darnos cuenta que cada emoción tiene su lugar, cada emoción es un mensaje importante, el problema está cuando las emociones se vuelven fuertes, están fuera de lugar, son inapropiadas o duran demasiado tiempo.

Les dejo un ejemplo de saber gestionar una emoción:

Hay una fiesta y no han invitado a tu hija, es lógico que ella se sienta enojada, pero ¿cuánto tiempo después le dura el enojo? ¿Un día, una semana, un mes? Y su madre, ¿qué pasa con ella? ¿La contiene o se enoja a la par y mantiene en enojo en el tiempo? ¿Solo eso es lo que la mantiene enojada? ¿O se despierta en la noche preocupada por otras cosas? Ese enojo estaría fuera de lugar. Dura demasiado tiempo para la causa que lo provocó. Esto indica que esa madre está procesando otras emociones que no supo resolver, las mantuvo en su cabeza en bucle y aprovechó esta circunstancia para dejarla salir. El enojo se mezcla con la sensación de frustración que siente su hija y todo se vuelve más caótico.

Tener inteligencia emocional es escuchar qué te dicen tus emociones y asegurarse que puedes manejarlo. La emoción tiene un propósito, pero luego termina y debes seguir adelante.

MI EXPERIENCIA EN ESTE 2022

Este año me ha tocado trabajar en un proyecto educativo muy interesante, cuya finalidad era trabajar el desarrollo de habilidades socioemocionales de manera transversal en el nivel medio. Como es un tema relativamente nuevo aplicado a la enseñanza, muchos docentes estuvieron reticentes a ponerlo en práctica, pero muchos otros se animaron a trabajarlo. Los resultados fueron excelentes dado que los alumnos sintieron que tenían voz y podían ser escuchados. En la escuela pública de mi provincia hubo mucho abandono ya que muchos alumnos tuvieron que enfrentar realidades difíciles tras pandemia y, tomar consciencia de lo que significa la empatía social fue muy importante para lograr reincorporar nuevamente a esos alumnos que sienten que la escuela de hoy no les aporta conocimiento de valor.

Las escuelas que pudieron implementarlo dejaron testimonios muy buenos, una mejor comunicación docente/alumno, más ganas de realizar las tareas, mayor participación y sobre todo mejor rendimiento al momento de evaluar.

Lamentablemente desde el estado no se interpreta bien lo que es el trabajo emocional ya que pretenden llevarlo a niveles académico para el próximo año, algo que es absurdo porque las emociones no se pueden encasillar en un temario, las emociones nacen y se sienten en un momento determinado y debemos, tan solo, poder identificarlas y darles una solución para poder salir cuanto antes de ellas.

¿QUIÉN ENSEÑA INTELIGENCIA EMOCIONAL?

La inteligencia emocional es algo que se enseña desde que una persona se convierte en madre o padre. Transmitimos a un bebé la calma cuando llora y los tomamos en brazos. Acariciarlos para que logren sentirse tranquilos y dejen de llorar es el lenguaje con el que le enseñamos a su cerebro a calmarse. Si tengo control de mis emociones, voy a poder tranquilizarlo acunándolo, cantando una canción suave, poniendo música suave, etc. Si no gestiono mis emociones, el llanto me va a sacar de quicio y voy a estar irritable. Hay quienes zamarrean en brazos a los bebés o les gritan.

En ambos casos se está enseñando inteligencia emocional. El primer bebé aprenderá a ser calmo, a gestionar su enfado, paciente, seguro de poder sortear obstáculos. En el segundo caso el bebé será inseguro, temeroso de sus actos, y le costará mucho resolver sus problemas.

Todo lo que hace un adulto desde que tiene un bebé es enseñar inteligencia emocional. Si puntualizamos siempre en el error de nuestros hijos, estamos transmitiendo imposibilidad, incapacidad, inseguridad, inestabilidad emocional. ¿Qué hacemos los adultos que no teníamos claro este concepto y sentimos que hicimos las cosas mal? A partir de ser conscientes del manejo de nuestras emociones, debemos ayudar a nuestros hijos a que puedan identificar la emoción que están sintiendo, debemos enseñarles que las emociones no son perennes, no duran por siempre en nuestro cuerpo, de hecho una emoción solo dura 90 segundos, si se queda por más tiempo en nuestro cuerpo es porque la trasladé a la mente y construí un pensamiento en bucle del cual me es difícil poder salir, entonces cada 90 segundos reinicia la emoción y así transformo la ira en venganza, la envidia o la disconformidad en rencor, etc.

Cuando sientan enojo o impotencia, les enseñamos a respirar profundamente varias veces para que puedan calmarse, a tomar control de las cosas a no darse por vencido o decaer. Todo depende de cada emoción.

EMOCIONES EN LA ESCUELA

Volviendo al tema de enseñar emociones en la escuela, el aprendizaje socioemocional usa varios elementos:

  • conciencia de uno mismo
  • autogestión
  • empatía
  • habilidades sociales
  • toma de decisiones

Debemos enseñar a los chicos a tomar la mejor decisión ante una situación. Un ejemplo válido desde un niño de 7 años a un adolescente de 16 es:

Si uno toma el lápiz del otro sin permiso tiene tres maneras de reaccionar:

  1. se enoja y reclama violentamente
  2. pide al docente que intervenga
  3. piensa y resuelva la mejor manera de salir de la situación

Para esto, tener el dibujo de un semáforo en el aula es de gran utilidad porque el docente puede hacer un llamado a la atención y pedirles a ambos alumnos que se ubiquen en uno de los colores: rojo es el que se enoja, amarillo piensa e intenta resolver y verde pide intervención de un adulto.

Daniel Goleman cuenta que hay un estudio hecho en Alemania con 750000 estudiantes, la mitad tenia enseñanza desde lo socioemocional y la mitad no. Los primeros habían aprendido a pensar antes de reaccionar, por lo tanto, se metían en menos peleas, resolvían sin discutir agresivamente, y habían mejorado un 11% sus calificaciones, prestaban más atención en clase, y se sentían con ganas de ir a la escuela cada día, algo que el segundo grupo ya no toleraba por la desmotivación existente y sus relaciones cada vez más agresivas.

Las emociones perturbadoras como el enojo, la culpa, la vergüenza son distracciones para el aprendizaje. No puedes prestar atención al profesor porque piensas en esa fiesta a la que no te han invitado o no te preguntaron si querías jugar a tal o cual cosa y quedaste resentido. Pero si enseñamos a los chicos a gestionar esos melodramas que los atrapan, tendrán un mejor aprendizaje y una mejor resolución en relación a su entorno.

Está comprobado que, lo que pasa en su casa y lo que pasa con otros niños o jóvenes es lo que más desequilibra a un niño y aun adolescente. Saber esto es importante para que nosotros como adultos, docentes y padres actuemos en consecuencia.

No se puede enseñar el manejo de las emociones de manera académica simplemente porque las emociones no se encasillan en temarios, las emociones surgen en determinado momento y el aprendizaje de cómo la gestionamos viene dado desde todos los intermediarios educativos que tiene una persona desde que nace.

Fuentes: La inteligencia emocional, Daniel Goleman; Inteligencia Social, Daniel Goleman.

6 respuestas a “Beneficios de educar desarrollando la Inteligencia Emocional

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