TRANSMUTAR

Miro adentro y un cosquilleo muestra mi corazón de otoño

Que va muriendo lento.

Veo caer recuerdos y siento el crujir de los huesos, como las hojas muertas de un camino seco.

Regar las emociones era fundamental para no morir por dentro

Comprendí que solo hay agua para regarlas cuando el viento sopla a tu favor.

En tu mesa es primavera, en la mía no hay ninguna flor.

La mirada se pierde ya no en el horizonte sino en una nostalgia prisionera.

Llega el invierno. Las lágrimas se congelan.

Los abrazos se secan y caen despedazados.

El abismo se viste de blanco.

La sangre corre lento por el tallo y un adormecimiento se apodera de la mente.

El viento sopla fuerte, la tierra se incrusta como agujas en el borde de la piel

Tendida, percibo el límite de mi cuerpo austero.

Desconozco el grado de consciencia en estados moribundos.

Solo la imprecisión del tiempo que late incansable

me recuerda que aun respiro.

Espasmos. Angustias. Decepciones.

Labios partidos desbordan sangre seca.

Una luz dorada quema los párpados.

De vuelta al mundo.

Algunos me reconocen otra porque ya no soy.

Al dolor de sentir tu olvido lo he transformado en polvo.

Un frío intenso surge en medio del pecho.

Armadura de hierro grueso.

Regar las emociones era fundamental para no morir por dentro.

3 respuestas a “TRANSMUTAR

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