El valor de la palabra

¿Alguna vez te has puesto a pensar cuál es la herramienta más poderosa que tenemos los seres humanos?

Creo que la herramienta más poderosa que tenemos es la comunicación, el lenguaje, la palabra.

El poder de una palabra es tan grande que puede modificar tu realidad. Tu palabra te antecede y te precede. Todo lo que salga de tu boca fue gestado en tu pensamiento, y ese pensamiento lo impregnó de emociones, al salir le añades una cuota de valor.

Ahora yo te pregunto: ¿Cuánto vale tu palabra?

Dar la palabra tenía un valor inmenso en otras épocas y pareciera que hoy es una moneda devaluada, sin embargo, creo que la palabra vale más que tu nombre, que tu apellido, que tus posesiones, porque la palabra que damos es un pagaré al portador que debemos cumplir y es algo que usualmente ya no hacemos. Como si hubiera quedado fuera de moda.

Lo que te quiero decir es que uno de los reclamos más frecuentes es el incumplimiento de acuerdos y compromisos que no es otra cosa más que el incumplimiento de la palabra. Si quedamos en vernos a las ocho es a las ocho, no las ocho y cinco, no a las ocho y media y mucho menos a las nueve menos cuarto. Si quedaste en devolverme el dinero que te presté, el jueves, es éste jueves, no el jueves de la próxima semana, del próximo mes o del próximo año. Si te comprometiste con tu palabra debes cumplir, de otro modo, pierde valor, pierdes credibilidad, pierdes amigos. Y si ves que no puedes cumplir, tienes que informar a tiempo, antes, mucho antes que el valor sea devorado por la devaluación, así podrás extender el compromiso y tu palabra seguirá siendo confiable. A esto se llama ser responsable con lo que puedo o no puedo hacer.

Me gustaría preguntarte si aún hay personas en las que confías y ojalá que tu respuesta sea afirmativa porque sería muy triste si no lo es. Aunque confiar significa hacerlo en todos los ámbitos. Que nada te genere dudas o supuestos. Una persona en quien confías porque tiene integridad: es responsable, honesta, comprometida.

Compromiso

La palabra compromiso etimológicamente significa con promesa. Un significado que pareciera estar en peligro de extinción, sino extinto ya.

Conozco muy pocas personas comprometidas al 100% con sus vidas, con sus parejas, con sus trabajos, con su palabra. A pocas personas les interesa el valor del tiempo del otro. No interesa llegar tarde o no llegar. No interesa cumplir en tiempo y forma con lo que se debe cumplir en el trabajo ya sea dentro de una oficina, dentro de un aula, o en un bar. Parece que todo se soluciona con excusas vacías que solamente justifican la inoperancia, la falta de interés en el compromiso, en definitiva, cumplir con la palabra, con la acción, con nosotros mismos y con el otro.

Porque cuando doy una palabra estoy estableciendo un acuerdo con el otro, y ese otro espera que ese acuerdo sea cumplido. Cree en mi capacidad de compromiso y confía en lo pactado.

Si el acuerdo se cae, es decir si la palabra que dimos no tiene valor, debemos ser conscientes que habrá consecuencias con ese incumplimiento. Y no es una amenaza. Es simplemente poner un límite.

Si no cumpliste con tu palabra no puedes pretender que no pase nada. Ahora si tú no tienes palabra y estás acostumbrado a rodearte de personas que tampoco conocen el valor en su palabra, que huyen al compromiso, a la responsabilidad, vas a resguardarte en justificaciones sin respaldo, alejando el compromiso cada vez más de tu vida y viviendo siempre de excusas.

¿Qué me dices? Tu palabra ¿tiene valor?

4 respuestas a “El valor de la palabra

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