ESTÁ BIEN NO ESTAR BIEN

TÓMATE UN RESPIRO

Hoy quiero hablarles de esos sentimientos que todos experimentamos en momentos difíciles de la vida y que no siempre estamos preparados para enfrentarlos, para compartirlos,

No siempre nos sentimos fuertes, desafiantes. Al contrario, entramos en bucles de vacíos internos, de emociones extrañas que nos llevan a tristezas infinitas, a estados que no comprendemos bien pero lo aceptamos porque es lo único que nos permite atravesar esos momentos difíciles. Bajarnos del mundo si fuera posible, para darnos el tiempo necesario de recomponernos, recuperar las fuerzas hasta sentirnos seguros para volver a la vorágine de la vida.

Hay días en que parece que todo el mundo sigue girando como si nada mientras nosotros comenzamos a perder el rumbo, comenzamos a perder el sentido de estar aquí o la razón para intentarlo.

Hay días en que estamos completamente agotados de luchar contra algo que ni siquiera sabemos contra qué luchamos, pareciera que no hay un espacio donde podamos permitirnos dejar todo de lado y descansar. Pareciera hasta imposible pensarlo.

Dejame decirte que todos llegamos a ese punto en nos cansamos y no queremos seguir o no sabemos cómo seguir. Lo bueno es que ese sentimiento, esa sensación es temporal. Va a pasar, aunque en este momento sientas que es imposible que suceda. Ese sentir que nada cambia en tu vida, sentir que tu vida es un caos, quizás hasta te sentís insuficiente para alguien, que no tiene caso esforzarte, que no vas a lograr nada, quiero decirte que te quedes tranquilo, que te quedes tranquila. Que si hoy no tenes ganas de levantarte, no lo hagas, quedate y descansa. No pasa nada si por un día te permitís fluir con las emociones tal como se presentan. Tus sueños no van a morir por un día de descanso. Van a estar ahí, esperando. Esperándote.

Muchas veces nos encontramos batallando esa guerra de querer sentirnos bien todo el tiempo, de querer tener pensamientos positivos todo el tiempo, porque así vamos a estar mejor, de esforzarnos por ser alguien que quizás no somos, pero necesitamos demostrar, sobre todo en redes sociales, la vida feliz que llevamos cuando nuestra realidad es otra totalmente diferente. Entonces nos cansamos de sentir esa presión que no nos permite encontrarnos con nuestra esencia real. Luego el cuerpo nos pasa factura y nos lleva lentamente a esos estados de disconformidad que parecen que nunca van a dejarnos.

Nos exigimos demasiado todo el tiempo sin dejarnos espacios para el pensamiento libre, para el pensamiento descontracturado, porque nos enseñaron a no darnos por vencidos. Y está bien no darnos por vencidos. Pero si un día necesitamos hacerlo, si por un día sentimos que no podemos, tenemos que aceptar que hay cosas que no podemos y punto. Sin dar explicaciones a nadie porque No debemos “poder” todo el tiempo y OJO! que este no es un pensamiento conformista, ES UN PENSAMIENTO REAL.

No somos máquinas. y sentirnos cansados es humano.

Hoy es tu día. Tomatelo con calma porque está dedicado a vos.

No pasa nada con que hoy le pongas una pausa a tu vida y hagas lo que necesitas hacer. Quizás es lo que más necesitas y no te lo has permitido. Atreverte a sentir el silencio dentro tuyo, un silencio pausado, acogedor, un silencio comprometido donde te reencuentres.

A veces necesitamos sentirnos asi, sin palabras, solo nosotros y nuestra existencia. Cerrar los ojos y escuchar quizás la brisa fresca que nos recuerda que aún estamos vivos, que aún hay una posibilidad de recomenzar y que no pasa nada si por un día me permito hacer nada, pensar en nada, no sentir nada.

Un día. Un solo día tenemos que darnos el permiso de sentirnos. Quizás sean sonrisas lo que necesitabas en tu vida. Conectar con emociones que tenías perdidas, o escondidas bajo la sombra de la rutina.

Despejarnos. Dejar de ser tan duros con nosotros, de exigirnos tanto, de esperar tanto. La vida es más simple si nos escuchamos y nos atrevemos a vivirla.

Aunque sea solo por hoy.